Beber demasiado alcohol puede aumentar los niveles de algunas grasas en la sangre (triglicéridos). También puede producir presión arterial elevada, insuficiencia cardíaca y un aumento en las calorías que se ingieren. (Ingerir demasiadas calorías puede provocar obesidad y un mayor riesgo de llegar a tener diabetes). Beber en exceso y embriagarse puede provocar un ataque al cerebro. Otros problemas serios incluyen el síndrome alcohólico fetal, miocardiopatía, arritmia cardíaca y muerte cardíaca súbita.
Si bebe alcohol, hágalo con moderación. Esto significa un promedio de una a dos bebidas por día para los varones y una bebida al día para las mujeres. (Una bebida son 12 oz. (344 ml) de cerveza, 4 oz. (114 ml) de vino
Beber más alcohol aumenta las posibilidades de alcoholismo, presión arterial elevada, obesidad, ataque al cerebro, cáncer de mama, suicidio y accidentes. Además, no es posible predecir en qué personas el alcoholismo se convertirá en un problema. Tomando en cuenta este y otros riesgos, la Asociación Estadounidense del Corazón recomienda a las personas que NO comiencen a beber, si es que no lo ha hecho todavía. Consulte a su médico acerca de los beneficios y riesgos de consumir alcohol con moderación.
El alcohol, puede producir palpitaciones?
En la gran mayoría de los casos el síntoma predominante puede ser una alteración del ritmo cardíaco. La fibrilación atrial es una de las arritmias más comunes y se presenta después de un episodio de embriaguez en un alcohólico crónico, este estado se denomina "el síndrome de la fiesta cardíaca", porque sucede en los fines de semana o días festivos. El paciente describe esta arritmia como la sensación de un ritmo rápido, incómodo o como palpitaciones, latido cardíaco fuerte que se asocia con falta de aire y ansiedad. En la fibrilación atrial, el paciente puede quejarse de dolores en el pecho similares a la angina. Si no se somete a tratamiento médico y la fibrilación persiste, se puede producir un fallo cardíaco y hasta un ataque cardíaco. Este rápido latido cardíaco puede conllevar también a un descenso del riego sanguíneo en el cerebro, especialmente en pacientes mayores que están más propensos a un endurecimiento generalizado de las arterias. En estos casos pueden quejarse también de mareos y hasta casi desmayos
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