EMBARAZOS DE TODO CORAZÓN
Durante el embarazo, el corazón de la madre tiene que duplicar su tarea para bombear sangre suficiente para alimentar al feto. Esta dinámica puede suponer un esfuerzo mayúsculo en el caso de mujeres con problemas previos de corazón por lo que cada vez son más los hospitales en los que cardiólogos y obstetras trabajan mano a mano con estas pacientes.
Muchas mujeres con cardiopatías congénitas y adquiridas (insuficiencias cardiacas y arritmias, principalmente), se plantean en un momento de su vida ser madres. "En principio, muchas de ellas no relacionan una cosa con otra y desconocen que el embarazo puede ser un factor de riesgo", explica la doctora Antonia Pijuán, especialista de la unidad integral de Cardiopatías Congénitas del Adulto de los hospitales Vall d'Hebrón y Sant Pau de Barcelona.
Embarazo y corazón. |
Un riesgo 100 veces superior
Es importante de que estas pacientes conozcan sus riesgos desde la adolescencia, para que puedan ser informadas de todas las consecuencias y controladas desde el primer momento de la gestación.
De hecho, un reciente estudio europeo publicado en la revista 'European Heart Journal' concluye que las mujeres con problemas de corazón pueden tener un embarazo seguro si son bien controladas desde el principio. De forma general, el riesgo de fallecer durante la gestación es 100 veces superior al de la población sana.
Ese control influye tanto a la madre como al feto. "Como la sangre que nutre al feto se bombea con más dificultad, hay más riesgo de que estos niños nazcan prematuramente o con bajo peso", aclara la cardióloga catalana. Según el Registro Europeo de Embarazo y Enfermedad Cardiaca, el 0,9% de las gestantes occidentales tiene algún tipo de problema coronario.
Hay algunas patologías cardíacas, como la hipertensión pulmonar, en las que quedarse embarazada equivale a un 50% de riesgo de mortalidad para la madre. "En estos casos, la mayor parte de las parejas opta por descartar la maternidad", aclara Pijuán. Y habla de parejas porque, como ella misma explica, en este tipo de decisiones los hombres también juegan su papel. "A menudo son ellos quienes se muestran más cautos cuando conocen los riesgos, mientras que las mujeres suelen tener claro su deseo de ser madres".
Una vez llegado el momento del parto, y en contra de lo que muchos puedan pensar, lo más fisiológico suele ser un parto vaginal; "muy controlado y monitorizado eso sí". De hecho, aclara, el mayor riesgo de descompensación para la madre se produce en el posparto inmediato, porque toda la sangre de la placenta pasa de golpe al torrente sanguíneo y el corazón tiene que estar preparado para bombearla. "Es ahí cuando se pueden producir arritmias e insuficiencias cardiacas debidas a la sobrecarga".
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